Por esa razón, en los momentos más fríos del día, la bomba de calor puede no ser capaz de suministrar toda la potencia necesaria para la calefacción. En esos casos, para cubrir esa demanda puntual, normalmente se emplean como complemento las calderas de combustión -con mayores emisiones y consumo de combustible- o las eléctricas -con un mayor consumo eléctrico-.
Sistemas de almacenamiento de energía en bombas de calor
Para reducir el uso de calderas y mejorar el rendimiento de la instalación se emplean sistemas de almacenamiento de energía. De esta forma, la bomba de calor opera a un alto rendimiento durante los periodos en que la temperatura exterior sea mayor, y almacena el calor producido para hacer uso del mismo en los periodos más fríos del día.
Por lo tanto, disponer de un sistema de almacenamiento térmico de gran capacidad, bajo coste y que, además, ocupe poco espacio, es clave para conseguir una mejora en la eficiencia de operación de las bombas de calor, y de esta forma, facilitar su implantación como sistema de climatización.
Para almacenar energía en estas aplicaciones son excelentes los materiales de cambio de fase (PCM), ya que permiten almacenar gran cantidad de energía térmica en forma de calor latente gracias a sus cambios de fase (sólido-líquido o sólido-sólido) manteniendo una temperatura constante durante el proceso de transición.
Estos sistemas ofrecen una densidad de almacenamiento mucho mayor con un rango de temperatura más estrecho entre el almacenamiento y la liberación de calor que los basados en calor sensible -como es el caso de los tanques de agua, predominantes en muchas de las actuales aplicaciones centradas en los edificios-. Debido a estas propiedades, los PCMs pueden ser empleados como materiales termorreguladores o bien como almacenadores de calor para rangos estrechos de temperatura.
El empleo de las bombas de calor como sistema de climatización se ve impulsado desde las administraciones mediante normas como la Directiva 2018/2001 del Parlamento Europeo y del Consejo de 11 de diciembre de 2018, relativa al fomento del uso de energía procedente de fuentes renovables. Esta normativa apoya las bombas de calor para el desarrollo de la calefacción y la refrigeración renovables al tener en cuenta la energía ambiente de tipo aerotérmico, geotérmico o hidrotérmico capturada por este sistema. Por su parte, el Real Decreto 178-2021 de Modificación del Reglamento de Instalaciones Térmicas en los Edificios establece que el empleo de bombas de calor para cubrir las demandas de climatización, producción de agua caliente sanitaria o calentamiento de piscinas, cumpliendo unos requisitos de rendimiento medio estacional, será considerada como energía renovable.
En definitiva, la alta eficiencia de las bombas de calor, especialmente en combinación con un sistema de almacenamiento térmico de bajo coste como el desarrollado en CIC energiGUNE, hacen que sean consideradas el sistema de climatización ideal tanto para el sector residencial como industrial.