1º ¿Cuál es el reto actual a la hora de desarrollar nuevos compuestos o materiales avanzados?
Aunque hoy contamos con potentes herramientas digitales, diseñar nuevos materiales sigue siendo un proceso muy complejo. El espacio químico es prácticamente infinito: hay tantas combinaciones posibles que no basta con tener potencia de cálculo/experimento, hace falta saber qué buscar y por qué.
Ahí es donde entra en juego algo fundamental: la experiencia científica. En CIC energiGUNE hemos activado una línea de colaboración científica en Diseño Molecular precisamente para abordar este reto con una visión más estratégica y eficiente. No se trata solo de hacer simulaciones, sino de formular las preguntas correctas, aplicar criterios químicos sólidos y traducir los resultados en soluciones reales para la industria o la investigación.
2º ¿En qué consiste esa línea y qué lo diferencia de otras propuestas?
Ofrecemos un enfoque integral basado en conocimiento científico y acompañamiento experto. A través de una nueva plataforma que integra bases de datos, herramientas digitales, filtros químicos desarrollados internamente y, sobre todo, la interpretación experta de nuestro equipo, somos capaces de acotar espacios químicos a explorar de miles de millones a tan solo cientos de compuestos en cuestión de minutos.
Esta capacidad acelera enormemente el proceso de cribado y selección de nuevos candidatos mediante el uso de descriptores desarrollados con criterios científicos y adaptados a las necesidades reales de cada proyecto. Nuestra misión no es generar grandes volúmenes de datos, sino únicamente aquellos que sean imprescindibles para discernir entre potenciales candidatos y el resto de los compuestos. Cabe también destacar que estos descriptores son completamente interpretables, lo que nos permite entender el origen de las propiedades optimizadas de nuevos candidatos y diseñar estrategias para maximizarlas de manera eficiente.
3º ¿Qué tipo de compuestos buscan abordarse y para qué aplicaciones?
Buscamos explorar tanto compuestos orgánicos como complejos metálicos en su sentido más amplio, con aplicaciones en áreas tan diversas como son la catálisis, energía, biomedicina, magnetismo y materiales sostenibles. A través de nuestra consultoría, ayudamos a identificar compuestos con ciertas propiedades físicas y catalizadores moleculares más activos, robustos y económicos. Todo esto, partiendo de una comprensión precisa del reto y orientando el desarrollo hacia soluciones viables y personalizadas.
4º ¿Qué papel juega DART dentro de este servicio?
DART es una de las herramientas que utilizamos como base tecnológica dentro de nuestro Servicio de Consultoría en Diseño Molecular. Se trata de una plataforma desarrollada por un equipo con el que mantenemos una colaboración cercana, y que hemos integrado cuidadosamente en nuestro flujo de trabajo para adaptarla a las necesidades reales de nuestros clientes y proyectos. No usamos DART como una solución aislada, sino como parte de un enfoque más amplio que combina nuestra experiencia química, bases de datos propias, y el desarrollo de filtros inteligentes específicos que nos permiten acotar y priorizar resultados.
Además, validamos las predicciones mediante otros métodos y ensayos complementarios, lo que garantiza que los compuestos seleccionados no solo sean prometedores en teoría, sino también viables en la práctica. En este contexto, DART funciona como un acelerador: multiplica nuestras capacidades y nos permite explorar más opciones en menos tiempo. Pero su valor real surge al integrarse con el criterio científico de nuestros investigadores, quienes son los encargados de interpretar, contextualizar y convertir esas posibilidades en soluciones concretas para cada caso.
5º ¿Qué tipo de colaboraciones o proyectos podrían beneficiarse de esta nueva línea científica?
Sobre todo, está orientado a apoyar a grupos de investigación y empresas en el desarrollo ágil y preciso de nuevos compuestos. Es especialmente útil para acelerar procesos, minimizar costes, reducir el ensayo y error en el laboratorio y explorar compuestos con propiedades específicas.
Para beneficiarse de ello no es necesario contar con experiencia previa en química computacional, ya que nuestro equipo se encarga de traducir los desafíos en criterios científicos, aplicar herramientas avanzadas de simulación y entregar soluciones concretas y aplicables. Combinamos tecnología y conocimiento experto para que la innovación en diseño molecular sea accesible, rigurosa y orientada a resultados reales, permitiendo la innovación en diferentes sectores como el farmacéutico, el químico e industrial, o el almacenamiento energético entre otros.
6º ¿Cuál es la visión de futuro del centro con esta iniciativa?
Queremos democratizar el acceso al diseño inteligente de compuestos químicos. No solo generar conocimiento, sino ponerlo al servicio de quienes están creando soluciones tecnológicas reales.
Nuestra visión es que herramientas como este nuevo enfoque, combinadas con nuestro enfoque consultivo, puedan traducirse en descubrimientos disruptivos en tiempos récord, aumentando la tasa de éxito de los proyectos y abriendo nuevas vías de colaboración interdisciplinar.
Esta nueva línea científica no sustituye al laboratorio: lo potencia. Es como tener un mapa más claro para saber que zonas explorar con mayor tasa de éxito y en un tiempo reducido.