
Sara Ortiz, directora de estrategia de CIC energiGUNE, analiza las claves para la generación de spin-offs estratégicas a partir del conocimiento y experiencia científica.
1º ¿Por qué es estratégica para CIC energiGUNE la creación de spin-offs?
Porque creemos que la investigación solo alcanza su verdadero impacto cuando genera valor tangible para la sociedad. Las spin-offs son un vehículo potente para transferir conocimiento al tejido industrial y, al mismo tiempo, demostrar como centros como el nuestro contribuyen a una innovación real.
Además, nos permiten dar continuidad a tecnologías con potencial, crear empleo cualificado y atraer inversión. No se trata solo de publicar ciencia de calidad, sino de transformarla en soluciones reales.
En ese sentido, no se trata solo de publicar ciencia de calidad, sino de transformar ese conocimiento en soluciones reales. Apostar por spin-offs es apostar por un modelo de I+D que genera impacto, construye industria y conecta la excelencia científica con las necesidades del mundo actual.
2º ¿Qué condiciones deben darse para que una investigación se convierta en una spin-off viable?
Primero, una base científica sólida y diferencial, claro. Pero también hace falta algo más: entender bien el mercado, contar con un equipo con visión emprendedora, y validar que hay una propuesta de valor clara.
En CIC analizamos la madurez tecnológica (TRL), el entorno competitivo y el modelo de negocio desde fases muy tempranas. Si no hay una oportunidad concreta o el encaje con el mercado no está claro, preferimos esperar. Apostamos por calidad, no cantidad.
3º CIC energiGUNE ya ha impulsado dos spin-offs: Bcare y Basquevolt. ¿Qué papel ha jugado el centro en su nacimiento y desarrollo?
Lo primero es contar con una base científica sólida, diferencial y con potencial de aplicación. Pero eso no es suficiente. Para que una investigación evolucione hacia una spin-off viable, es fundamental entender bien el mercado, construir una propuesta de valor clara y contar con un equipo que tenga no solo capacidad técnica, sino también visión emprendedora.
En CIC energiGUNE analizamos desde fases tempranas aspectos clave como la madurez tecnológica (TRL), el entorno competitivo, la escalabilidad del desarrollo y la viabilidad del modelo de negocio. Esta evaluación nos permite identificar no solo si la tecnología funciona, sino si tiene sentido fuera del laboratorio.
Si no vemos un encaje claro con las necesidades del mercado o un camino realista hacia la industrialización, preferimos esperar. Nuestro enfoque no busca cantidad, sino calidad: pocas iniciativas, pero con una base sólida y un recorrido que justifique el esfuerzo de convertir ciencia en empresa.
4º ¿Qué diferencia a una spin-off “de calidad”? ¿Qué criterios tenéis en cuenta para impulsarla o no?
Una spin-off de calidad tiene una tecnología diferencial, un equipo comprometido, una estrategia clara de acceso al mercado y un modelo de financiación viable.
Además, debe tener sentido estratégico: no creamos spin-offs por volumen, sino por impacto. Buscamos proyectos que realmente puedan escalar y convertirse en actores relevantes en su sector.
5º ¿Qué beneficios obtiene un centro como CIC energiGUNE al apostar por este tipo de iniciativas?
Muchos. En primer lugar, reforzamos nuestra misión de generar un impacto real en el entorno tecnológico e industrial. Las spin-offs son una forma directa de demostrar que el conocimiento que generamos puede convertirse en soluciones concretas y competitivas, con valor añadido para la sociedad y el mercado.
Además, nos permiten ganar visibilidad y credibilidad ante empresas, inversores y administraciones, mostrando que somos capaces no solo de investigar, sino también de transformar esa investigación en proyectos con recorrido empresarial. Este tipo de iniciativas genera retornos —económicos, estratégicos y reputacionales— que pueden reinvertirse en nuevas líneas de I+D.
También atraen talento con perfil emprendedor y fortalecen el ecosistema de innovación que gira en torno al centro. Y lo más importante: nos permiten mantener un vínculo activo con tecnologías que nacieron en CIC, asegurando su evolución y madurez con nuestra participación como socio tecnológico de referencia.
6º ¿Crees que el ecosistema vasco y europeo está preparado para impulsar más spin-offs deep tech?
Sin duda. Euskadi ha construido en los últimos años un ecosistema muy sólido para la innovación, con una estrategia clara de apoyo a la transferencia tecnológica y al emprendimiento de base científica. Iniciativas como el Basque Research and Technology Alliance (BRTA) del que somos parte, los programas de apoyo a la I+D y la apuesta por tecnologías soberanas están creando el entorno adecuado para que florezcan proyectos deep tech.
Desde CIC energiGUNE sentimos ese respaldo institucional y una colaboración creciente con agentes industriales y financieros, que entienden cada vez mejor los ritmos y necesidades de este tipo de tecnologías. Hay una cultura de cooperación público-privada que es un activo diferencial.
A nivel europeo, los programas como Horizon Europe, el EIC Accelerator o los fondos Next Generation también están abriendo oportunidades importantes para este tipo de iniciativas. Ahora el reto está en saber aprovechar este contexto con ambición, visión y continuidad.
Euskadi tiene el conocimiento, el talento y la voluntad para ser una referencia en el ámbito deep tech. Desde centros como el nuestro, estamos convencidos de que podemos liderar esa transformación desde la ciencia.
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