Los óxidos laminares de metales de transición (MT), o simplemente óxidos laminares (NaxMTO2), tienen estructuras laminares bidimensionales (mayormente estructuras P2 y O3) que permiten una inserción reversible de sodio. La gran ventaja de estos compuestos radica en su bajo peso molecular, lo que se traduce en una alta capacidad específica teórica.
Como contrapunto, además de tener un moderado potencial redox, sufren múltiples transiciones de fase durante la deinserción/inserción de iones sodio de la estructura dando lugar a una inestabilidad estructural durante los ciclos de carga y descarga, especialmente a altos voltajes, provocando una baja ciclabilidad. Esta inestabilidad estructural se mitiga limitando la ventana de potencial, pero penaliza a la capacidad, ya que ésta se ve reducida de 240 mAh/g a 120 - 150 mAh/g.
La clave para maximizar el rendimiento electroquímico consiste en la combinación adecuada de los metales de transición que nos permitan alcanzar valores de densidad energética y ciclabilidad adecuadas para futuras aplicaciones prácticas.
Algunas Spin-off como Faradion Limited (Reino Unido) y HiNa Battery Technology Co (China) han realizado pruebas en celdas de prototipos en formato pouch/cilíndricas usando como cátodo óxidos laminares de composición NaxNi1-x-y-zMgxMnyTizO2 y Na0.9Cu0.22Fe0.3Mn0.48O2, respectivamente.
En 2017, las investigaciones de Faradion culminaron con el anuncio de una SIB de 400 Wh, la cual proporcionaba una energía de 80 Wh/kg posibilitando a una e-bike recorrer unos 35 km. Por su parte, en 2019, HiNa Battery anunció la instalación de una batería de sodio de 100 kWh/30 kW para el almacenamiento de energía en red y proporcionar electricidad a la ciudad Liyang en horas punta. Pero en ambos casos, no se conocen más datos, sobre todo a nivel de rendimiento electroquímico (ciclabilidad, a diferentes intensidades de corriente etc.)
En el caso de los compuestos polianiónicos, ofrecen una gran versatilidad para el desarrollo de nuevos materiales catódicos para SIBs, debido a que están formados a partir de la combinación de tetraedros XO4 (X = S, P, etc) y octaedros MO6 (M = Me, Fe), permitiendo optimizar y maximizar las propiedades de los materiales (densidad de energía, estabilidad a lo largo de los ciclos de carga y descarga, precio, seguridad, sostenibilidad, etc.), simplemente ajustando la composición y estequiometria de los materiales.
Si bien estos materiales generalmente poseen una menor capacidad que los óxidos laminares (debido básicamente a su mayor peso molecular), y una baja conductividad electrónica, están considerados como materiales muy atractivos debido a su mayor voltaje y estabilidad estructural (gracias, en parte, a una baja expansión volumétrica y a las uniones covalentes X-O del grupo polianion).
Entre los materiales más interesantes por su bajo coste, sostenibilidad y formación a partir de elementos abundantes, se encuentran el NaFePO4, el Na2FeP2O7 y el Na4(Fe,Mn)(PO4)2(P2O7), aunque presenten una capacidad teórica (~ 100 - 150 mAh/g) y voltajes (< 3 V vs. Na+/Na) moderados.
En cambio, desde un enfoque de rendimiento de densidad de energía, los materiales más interesantes son el Na3V2(PO4)3 y el Na3V2(PO4)2F3, los cuales proporcionan una capacidad entre 100 - 120 mAh/g a un voltaje medio de 3.4 V vs. Na+/Na, aunque poseen en la estructura el vanadio, considerado como un elemento crítico y altamente tóxico (sobre todo en estado de oxidación V5+).
En cuanto a las pruebas concepto, cabe destacar la propuesta desarrollada por la red francesa R2SE, que posteriormente fundó la Spin-off Tiamat (Francia). anunciaron la primera celda cilíndrica “186502” usando Na3V2(PO4)2F3 como material catódico, proporcionando una densidad de energía específica entre 90 – 120 Wh/kg y reportaron una excelente estabilidad en el ciclado para una celda de 75 Wh/kg (unos 4.000 ciclos con una retención de la capacidad de más del 80%). En este caso, el reto estaría en la sustitución del vanadio por elementos como el Mn y el Fe, estrategia que ya se ha probado, pero sin éxito hasta el momento.
La tercera familia de interés es la de los análogos de azul de Prusia (PBAs: Prussian Blue Analogues), NaxMT[MT’(CN)6]1-y·zH2O (MT = metal de transición). Poseen una estructura 3D formando grandes canales por donde los iones de sodio difunden rápidamente. Además, están formados por elementos abundantes, baratos y no tóxicos.
Sus principales desventajas serían su baja densidad, lo que conlleva, asimismo, una baja densidad de energía volumétrica en comparación con los óxidos laminares de sodio; la presencia de moléculas de agua dentro de la estructura cristalina y el escaso conocimiento de su efecto en la electroquímica; y la presencia de los grupos CN en la estructura, pudiendo liberar HCN (aunque se ha demostrado que estos compuestos son estables térmicamente hasta los 200°C).
La composición Na2-δMnFe(CN)6·yH2O, desarrollada por Sharp Laboratories of America, Inc. proporciona una capacidad de 140 mAh/g a un potencial medio de 3.4 V vs. Na+/Na, resultando en una densidad energía de 542 Wh/kg (a nivel de material)-unos valores cercanos a los del LiFePO4 en baterías comerciales de Li-ion.
Posteriormente, la Spin-off Novasis Energies (Estados Unidos) desarrolló una prueba de concepto proporcionando 100 – 130 Wh/kg (150 – 210 Wh/L). Gracias a la versatilidad de estos compuestos, que pueden usarse indistintamente como cátodos o ánodos (en función de la composición química), la Spin-off americana Natron Energy (Estados Unidos) pudo desarrollar una SIB usando un análogo de azul de Prusia tanto en el cátodo como en el ánodo, con un electrolito acuoso. Esta configuración proporciona densidades de energía más bajas que en un electrolito orgánico, pero, por otro lado, permite alcanzar valores de densidad de potencia de 775 W/kg (o 1550 W/L) a una intensidad de corriente de 12C llegando a los 25.000 ciclos. Es más, recientemente han desarrollado una batería comercial Natron’s BlueTray™ 4000 disponible para centros de datos o telecomunicaciones.
Visión general de las Spin-Off de baterías de Na-ion generadas
Desde el renacer de la tecnología de Na-ion, en el 2010, han sido cinco las Spin-Off de baterías de sodio que se han fundado, aunque solo cuatro se han consolidado hasta la actualidad.
A la hora de comparar las diferentes pruebas de concepto que han desarrollado cada una de ellas, además de valorar los diferentes KPIs que proponen, también es necesario analizar sus ventajas y desventajas, así como si ya se ha generado un producto comercial.
Conviene remarcar que para hacer comparaciones justas y fiables entre los diferentes KPIs es importante diferenciar entre aquellos valores que han sido publicados y por tanto pueden contrastarse, y aquellos que solo han sido anunciados o bien son predicciones. Todos estos aspectos se han querido reflejar en la siguiente tabla comparativa: