En el actual panorama global tanto económico como ambiental, donde la demanda de sistemas de almacenamiento de energía está creciendo exponencialmente, se prevé que las baterías van a desempeñar un papel fundamental para una economía baja en carbono.
Hasta el momento, las baterías de iones de litio (Li-ion o LIBs) han conquistado el mercado de los dispositivos electrónicos portátiles y, además, se han convertido en las principales candidatas para los vehículos eléctricos, provocando un aumento adicional de producción de LIBs en todo el mundo.
Este hecho afecta positivamente, por un lado, a la disminución de los costes, pero, por el contrario, provoca un aumento del desajuste entre la oferta y la demanda de materias primas, ya que en algunos casos éstas son críticas y/o tóxicas.
Dos ejemplos de ello son el grafito y el cobalto, cuyos recursos se concentran básicamente en países del tercer mundo e incluso en zonas de conflicto. Por lo tanto, un aumento de la producción de LIBs llevará asociado nuevos desafíos medioambientales y sociales, los cuales serán cada vez más importantes a medida que el mercado se expanda.
En este panorama, va a ser cada vez más necesaria una búsqueda de nuevas estrategias eficientes y rentables de reutilización y reciclaje de las LIBs, así como de nuevos sistemas alternativos de almacenamiento de energía basados en materiales abundantes, sostenibles y de bajo coste, que puedan ser una alternativa a baterías de litio-ion en algunos nichos.
En este marco y, con el objetivo de poder abastecer todas las necesidades futuras, en los últimos años han aparecido diferentes tecnologías de almacenamiento de energía denominadas “post-lithium o beyond-lithium”, entre las cuales se encuentran las baterías de iones de sodio (Na-ion o SIBs).
El sodio como tecnología sostenible alternativa para baterías
El sodio es un elemento químico abundante, distribuido geográficamente de manera homogénea en el mundo y de bajo coste. Por lo tanto, en cuanto a la abundancia de recursos y componentes, el uso limitado de materias críticas y el coste de partida de sus materias primas, las SIBs presentan claras ventajas, respecto a las baterías actuales, como pueden ser las LIBs, las de plomo-ácido (Pb-Ácido) o las de Níquel-cadmio (Ni-Cd), tal y como se muestra en la siguiente tabla 1.