INTRODUCCIÓN
Debido a la demanda esperada en el sector de las baterías para los próximos años, los esfuerzos de la industria se centran en evolucionar tecnológicamente las distintas etapas de la cadena de valor; como, por ejemplo, el reciclaje de estos dispositivos una vez finalizada su vida útil.
Esta fase es una actividad crítica ya que de su despliegue dependerá que la industria sea realmente “circular” y cumpla con las expectativas que hay en el sector en términos de competitividad, garantía de suministro y sostenibilidad.
Por todo ello, es necesario que las rutas tecnológicas de reciclaje que se desarrollen sean rentables, industrializables y sostenibles; alcanzando, de forma rápida y eficaz, las economías de escala necesarias que aseguren la viabilidad de la actividad.
De ahí la importancia de aprovechar los nuevos enfoques que la digitalización y las soluciones que la componen (como la Inteligencia Artificial, también conocida como IA) pueden ofrecer a las plantas de reciclaje de baterías, con las correspondientes ventajas que en términos de tiempo, coste y eficiencia presentan este tipo de herramientas.
El presente documento realiza una identificación a alto nivel de este conjunto de oportunidades que presenta la IA para las dos grandes actividades que conforman el reciclaje de este tipo de dispositivos: por un lado, la gestión de los residuos una vez finalizada la vida útil de la batería y, por otro, la recuperación de materiales a partir de esos deshechos mediante las distintas rutas tecnologías existentes.
Dos grandes fases en el proceso de reciclaje de baterías |
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Fase 1 Clasificación de residuos |
Fase 2 Recuperación de materiales |
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Descripción |
Etapa inicial dirigida a clasificar los residuos existentes a fin de identificar aquellos deshechos y materiales potencialmente recuperables. |
Etapa de tratamiento de los residuos clasificados previamente, de cara a recuperar los materiales disponibles a través de las diferentes rutas tecnologías existentes. |
Resumen de oportunidades presentadas por la IA |
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Tabla 1: Resumen de fases del proceso de reciclaje de baterías y potenciales oportunidades de la IA en las mismas.
POTENCIAL DE LA IA EN LA PRIMERA ETAPA DE CLASIFICACIÓN DE RESIDUOS
Como se indicaba anteriormente, la actividad de reciclaje de baterías se inicia con una primera fase asociada a la clasificación de los residuos de cara a identificar qué deshechos y materiales son potencialmente recuperables.
Con este objetivo, esta primera etapa inicial puede contar con un gran aliado en la IA, al ofrecer, mediante sus diferentes algoritmos, soluciones de reconocimiento de patrones muy útiles en esta fase de categorización y agrupación de los diferentes residuos. Todo ello, con el añadido que supone al posibilitar también un mayor grado de seguridad en su tratamiento de deshechos, como veremos a continuación.
En relación a la capacidad de clasificación, existen estudios [1] que han acreditado cómo a través de técnicas de reconocimiento mediante imágenes, la IA es capaz de determinar la ubicación y tipología de residuos a tratar. Esto permite determinar qué método o vía puede ser la mejor para “gestionar” ese residuo según su naturaleza (teniendo en cuenta, por ejemplo, aspectos como su toxicidad u otros aspectos clave asociados a la seguridad en su manipulación). Todo ello repercute no solo en una mayor eficiencia en la clasificación de residuos, sino que también reduce el riesgo asociado al proceso al seleccionar aquel más óptimo.
Esta primera categorización se complementa con la posibilidad de automatizar el proceso de agrupación de residuos en “lotes”, realizando las agrupaciones correspondientes según las características de los mismos de cara a unificar su posterior tratamiento y recuperación. En este caso, existen enfoques [2] que han demostrado el uso de redes neuronales convolucionales con este fin, que permiten, a partir de un conjunto suficiente de datos etiquetados realizar esta agrupación. Se espera que además esta capacidad de categorización se vaya aumentando y puliendo a medida que se aumente el número de datos y referencias de las que dispone la IA para este fin, a través de enfoques como los planteados por A. Abucide-Armas et al [3] y Azurmendi et al [4].
Más allá de estas ventajas, otro elemento clave del uso de la IA en esta fase del proceso, es la capacidad de captar datos para predecir la potencial cantidad de residuos a tratar (para lo que es clave que trabajen en tiempo real [5] [6]). Esto supone planificar con antelación la actividad (determinando y optimizando las posibles rutas de reciclaje), y cuantificar qué cantidad de material podrá ser recuperado para su posterior reutilización en nuevas baterías.