Entrevistamos a Wouter IJzermans, director ejecutivo de BEPA (Batteries European Partnership Association).

Soy Wouter IJzermans. Soy Director Ejecutivo de BEPA, la Asociación Europea de Baterías.

 

¿Cuáles son los principales retos a los que se enfrentan las tecnologías de baterías en los próximos 5 a 10 años?

Así que lo que realmente vemos es que tenemos que ponernos las pilas en Europa para construir esta cadena de valor integrada. Lo que significa que tenemos que tomar todas estas maravillosas innovaciones que se nos ocurren en el laboratorio y asegurarnos de que somos capaces de producirlas. Por tanto, es muy importante vincular a la comunidad investigadora con la industrial. Y, además, tenemos que reciclar a más de 800.000 personas. Tenemos mucho que hacer, pero estamos preparados.

¿Cuáles serán los principales avances previstos en el sector de las baterías en los próximos años?

Así que lo que veremos sin duda es que intentaremos abaratar las cosas, produciendo a gran escala. Pero también veremos que seremos capaces de adaptar más las baterías a los usos actuales. En estos momentos, los avances se han centrado en los vehículos eléctricos, pero vemos también grandes cambios en los vehículos pesados y marítimos, y tenemos que contar con almacenamiento estacionario para la red.

¿Qué puede hacer la industria de las baterías para hacer frente a la escasez de materias primas?

Así que tenemos que desarrollar nuevas tecnologías que dependan menos de ellos. En cuanto a las materias primas que seguimos necesitando, debemos asegurarnos de que tenemos la capacidad de procesarlas aquí en el continente. Y, por último, también tenemos que analizar la cuestión desde un punto de vista sistémico, para ver cómo podemos cambiar la forma en que utilizamos las baterías, de modo que consumamos menos y menos recursos.

¿Qué pueden hacer las entidades públicas para situar a Europa a la vanguardia de la Transición Energética?

Así que, desde el lado público, tenemos que ver realmente que es necesario un empuje consistente, y también no tener demasiado miedo a invertir. Lo que ahora vemos que ocurre en otros continentes es que los gobiernos invierten mucho dinero, y es algo que siempre nos ha dado miedo en Europa. Así que no queremos elegir ganadores. Pero creo que esto es realmente necesario para impulsar los fondos que se destinan tanto a la investigación como a la ampliación desde el lado de la industria.

¿Qué opina del ecosistema vasco de baterías?

Lo inspirador aquí es ver que realmente se cuenta con los tres actores principales, de modo que existe esta capa de suelo industrial que ya está ahí. Y en el País Vasco se une ahora a este impulso por el conocimiento en todos los organismos de investigación. Pero también está el gobierno, que de alguna manera ve esto, reconoce esto y que va hacia adelante. Es algo de lo que pueden aprender otras regiones. Y creo que una de las cosas más importantes que puede hacer el País Vasco es tender la mano a otras regiones. Ya sea en Francia, al otro lado de la frontera, o incluso en otras partes de Europa, para asegurarse de que se integra aún más en esta red europea de regiones productoras de baterías.

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