Según se explica en el texto aprobado por el Parlamento Europeo este mes, "este Reglamento debe prevenir y reducir los impactos adversos de las baterías en el medio ambiente y garantizar una cadena de valor segura y sostenible para todas las baterías, teniendo en cuenta, por ejemplo, la huella de carbono de la fabricación de baterías, el abastecimiento ético de materias primas y la seguridad del suministro, y facilitando la reutilización, la reutilización y el reciclaje".
Esto es crucial porque este reglamento no sólo especifica normas desde el punto de vista tecnológico y medioambiental, sino que también define las responsabilidades de las partes interesadas a lo largo de la cadena de valor de las baterías, incluyendo información detallada y normas para garantizar que las baterías cumplen los requisitos definidos.
Este reglamento define los grupos de baterías que deben someterse a sus requisitos: baterías de vehículos eléctricos, baterías de medios de transporte ligeros (TML), baterías industriales (transporte ferroviario, fluvial y aéreo o maquinaria todoterreno) y almacenamiento de energía (en entornos privados o domésticos) y, además, especifica cómo los proveedores de celdas y módulos de baterías deben facilitar la información y documentación necesarias para cumplir dichos requisitos.
Este nuevo marco es un buen ejemplo de cómo la normativa debe integrar parámetros no sólo técnicos, sino también de sostenibilidad, que garanticen el alto nivel de calidad de los productos desarrollados en la Unión Europea.
En este caso, el reglamento establece parámetros relacionados con el rendimiento electroquímico y la durabilidad y parámetros para determinar el estado de salud y la vida útil prevista de las baterías, incluidas las especificaciones técnicas, normas y condiciones utilizadas para medir, calcular o estimar los valores de los parámetros de rendimiento electroquímico y durabilidad.
En relación con la huella de carbono, el reglamento define que se elaborará una declaración de la huella de carbono, para establecer las clases de rendimiento de la huella de carbono. La huella de carbono debe incluir información relevante como:
En función de la distribución de los valores en las declaraciones de la huella de carbono de las baterías comercializadas, se identificará un número significativo de clases de rendimiento. Por ejemplo, la categoría A será la mejor clase con el menor impacto en el ciclo de vida de la huella de carbono, para permitir la diferenciación en el mercado de las categorías de baterías.
Además, es importante señalar que este Reglamento define la última versión del método de la Comisión sobre la huella ambiental de los productos (PEF) y que las normas pertinentes sobre las categorías de huella ambiental de los productos (PEFCR) de las baterías serán el método de cálculo y verificación de la huella de carbono.
La huella de carbono se declarará para las baterías de vehículos eléctricos en 2025; para las baterías industriales recargables, excepto las que tienen exclusivamente almacenamiento externo, en 2026; para las baterías LMT en 2028 y para las baterías industriales recargables con almacenamiento externo en 2030.
En cuanto al reciclado, como explicábamos antes, define objetivos de eficiencia de reciclado de baterías, objetivos de recuperación de materiales y objetivos de porcentaje de utilización de materiales reciclados en la producción de nuevas baterías.
Este capítulo es crítico en el reglamento debido a que no sólo define una estrategia clara de garantizar la circularidad de las baterías, sino que también contribuye a reducir la dependencia de la Unión Europea del suministro de materias primas críticas.
Entre otros, en este capítulo se definen los niveles mínimos de materiales recuperados a partir de residuos de baterías para 2027 (Litio 50%, Cobalto 90%, Níquel 90% y Plomo 90%) y 2031 (Litio 80%, Cobalto 95%, Níquel 95% y Plomo 95%); y se definen los niveles mínimos de contenido reciclado a partir de residuos de fabricación y de consumo para su uso en baterías nuevas para 2031 (Litio 6%, Cobalto 16%, Níquel 6% y Plomo 85%) y 2036 (Litio 12%, Cobalto 26%, Níquel 15% y Plomo 85%).
Otro punto importante está relacionado con la diligencia debida obligatoria para las baterías. En este punto, se define que la diligencia debida debe abordar, al menos, las categorías de riesgo social y medioambiental más prevalentes y se impone a los operadores económicos que comercialicen baterías o las pongan en servicio.
Como hemos explicado anteriormente, el pasaporte de baterías es uno de los puntos más importantes de este reglamento. El objetivo del pasaporte de baterías es mejorar la transparencia a lo largo de las cadenas de suministro y de valor para todas las partes interesadas, maximizar el intercambio de información, permitir el seguimiento y localización de las baterías y proporcionar información sobre la intensidad de carbono de sus procesos de fabricación, el origen de los materiales utilizados y los materiales reciclados.
Y es muy importante destacar que el Pasaporte de Baterías es un pasaporte digital de producto y por ello será totalmente interoperable con otros pasaportes digitales de producto definidos en la norma de Ecodiseño en relación con los aspectos técnicos de la comunicación de extremo a extremo y la transferencia de datos.
Una de las cuestiones tratadas en este reglamento es la relativa a la información sensible solicitada por el pasaporte batería. De hecho, se define que cierta información sensible necesaria no debe ser pública y se limitará a un número de personas con un interés legítimo. El documento aprobado define que "esto se aplica a la información sobre el desmontaje, incluida la seguridad, y la información detallada sobre la composición de la batería, que es esencial para los reparadores, re-fabricantes, operadores de segunda vida y recicladores".
El pasaporte de la batería debe incluir, entre otras cosas, esta información:
Este nuevo reglamento permite la armonización de las baterías producidas y comercializadas en la Unión Europea, pero sin duda es un reto, y será necesaria una implicación real de todas las partes interesadas en todo el ciclo de vida de las baterías para lograr los requisitos definidos.
Y por supuesto, es necesario trabajar duro y rápido para asegurar que las nuevas tecnologías de baterías cumplen con todos los requisitos definidos en el reglamento desde una perspectiva técnica y sostenible.
En CIC energiGUNE estamos comprometidos a contribuir a estos retos a través de nuestras tecnologías disruptivas enfocadas a satisfacer los requerimientos del mercado.
Autora: Andrea Casas Ocampo, especialista en sostenibilidad de CIC energiGUNE.
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