Por todo ello, y dentro de la carrera existente actualmente por liderar la industria del almacenamiento de energía, las empresas automovilísticas están, cada vez más, centrando sus esfuerzos por desarrollar sus propias tecnologías de batería de estado sólido.
Todos los grandes fabricantes han anunciado ya esta tecnología en sus hojas de ruta
Tal es la apuesta existente por las baterías de estado sólido que todas las grandes marcas automovilísticas han anunciado ya sus planes de lanzar al mercado vehículos basados en esta tecnología.
Por ahora, la gran adelantada es la japonesa Toyota, que recientemente ha anunciado que su primer prototipo eléctrico con batería de estado sólido ya está siendo testado. El objetivo de la compañía nipona es lograr el escalado de este prototipo antes de 2030. Actualmente, se estima que la solución planteada por Toyota permitiría una autonomía de 500 km y un tiempo de recarga de 10 minutos.
Otra empresa que ya ha tomado posiciones en esta incipiente tecnología es Daimler. De hecho, es una de las pocas compañías que han logrado ya lanzar una serie de vehículos propulsados por baterías de estado sólido.
Se trata del autobús Mercedes eCitaro G, que cuenta con una densidad de hasta 500 kWh. El objetivo de la compañía es continuar testando y desarrollando esta solución para ir implantándola de forma masiva en sus vehículos (incluidos los comerciales) en los próximos años.
Ahora bien, dentro de esta vertiginosa competición, la alemana Volkswagen está recortando distancias respecto a Toyota y Daimler en estas nuevas baterías, en las que lleva trabajando casi más de 10 años.
Aunque este gigante automovilístico todavía no se ha atrevido a concretar una fecha para la llegada de su solución al mercado (se habla de más allá de 2023), se trata de uno de los players más destacados en lo que a inversión en esta tecnología se refiere, habiendo invertido recientemente más de 200 millones de euros en su desarrollo.
Siguiendo en Alemania, BMW es otra de las principales compañías que ha anunciado su intención de lanzar vehículos con baterías de estado sólido al mercado en el corto-medio plazo.
En su caso, su intención es hacerlo “mucho antes de 2025”, adelantándose así a su vecina y rival Volkswagen. De hecho, ya ha presentado un primer concepto de un vehículo impulsado con batería de estado sólido. Para ello, se ha aliado con otro gigante como Ford, con quien ha realizado recientemente una inversión conjunta de 130 M€ en la compañía Solid Power. Ésta es considerada una de las start ups más prometedoras del mercado de baterías gracias a sus desarrollos en estado sólido y espera poder proveer de las primeras celdas de este tipo en el año 2022.
Junto a todos ellos, Renault y Stellantis son otros productores europeos que ya han anunciado sus planes en torno al estado sólido.
En el primer caso, la compañía francesa (junto a sus socias Nissan y Mitsubishi) anunció su intención de que para 2025 sus coches puedan contar con baterías de estado sólido.
Por su parte, Stellantis anunció recientemente su intención de contar para el año 2026 con su propia tecnología de estado sólido para ser empleada en las principales marcas del grupo (como Fiat, Peugeot, Opel o Citroën).
Ya al otro lado del Atlántico, junto a la ya mencionada Ford, General Motors es la otra gran compañía que está trabajando en la comercialización de esta tecnología. En concreto, su objetivo es contar con esta solución en el año 2023, para lo cual cuenta incluso con el apoyo financiero del Gobierno de Estados Unidos.
Y es que hasta los Gobiernos estatales están centrados en el impulso de esta tecnología, como también se ve en el reciente anuncio de Reino Unido de crear un clúster alrededor de las baterías de estado sólido.
Igualmente, la UE también está participando en el desarrollo de estas soluciones; por ejemplo, a través de proyectos como “SAFELiMOVE” en el que CIC energiGUNE tiene un papel destacado.
Todas estas compañías son las grandes marcas que más están apostando por estas tecnologías y de las que se esperan novedades en el corto y medio plazo.
Un paso por detrás de ellas se encuentran en estos momentos otros fabricantes como Hyundai o Honda, quienes también han anunciado sus planes de desarrollo de tecnologías de estado sólido pero con las miras puestas en 2030.
Las start-ups que están detrás de esta apuesta
Para lograr sus objetivos, muchas de estas compañías están apostando por un desarrollo “fuera de casa” a través de su participación o financiación de startups destacadas en el avance de estas baterías.
En este sentido, una de los principales startups es la ya mencionada Solid Power. Esta compañía estadounidense es la gran palanca sobre la que BMW y Ford buscan impulsar sus soluciones en estado sólido. Junto a ellas, otras empresas que también han dado su respaldo económico a esta empresa son Hyundai, Samsung o Volta Energy.
Junto a ella, la otra gran startup que está acaparando los titulares en el sector de las baterías de estado sólido es QuantumScape. También de EEUU, se trata de la gran apuesta de Volkswagen para acelerar su desarrollo tecnológico, contando además con inversores y socios destacados como Bill Gates. De hecho, en este momento ambas compañías están buscando implantar su primera línea piloto conjunta de fabricación de baterías de electrolito sólido en Europa.
El tercer caso destacado es el de SES, también estadounidense y que cuenta con el respaldo de grandes compañías tanto de automoción (como GM o Hyundai) como del sector del almacenamiento (SK Innovation entre otros).
En definitiva, parece que existe una cierta unanimidad en que las baterías de estado sólido pueden ser el “santo grial” en el que se sustente la electromovilidad del futuro. Para ello, serán claves los próximos años, en los que los hitos y plazos marcados por las diferentes compañías determinarán el porvenir de esta tecnología y su despegue definitivo.
En esta línea, y a modo de síntesis, a continuación, publicamos un resumen gráfico con el timeline planteado en los próximos años para las diferentes compañías inmersas en el progreso de estas soluciones: