En dicha estrategia se identifica el hidrógeno como un vector clave para descarbonizar el transporte, la edificación y la industria, entre otros sectores y llegar a una situación de cero emisiones en 2050. De hecho, el hidrógeno ayudará a descarbonizar sectores de la economía donde no será posible conseguirlo exclusivamente a través de la electrificación y las renovables.
La Comisión Europea considera, además, que la apuesta por el hidrógeno será clave para generar industria y empleos frente a la crisis del COVID-19, apoyando este reto de la transición energética. El documento publicado por la Comisión afirma que la industria europea se encuentra en una situación clave en esta competición global por el hidrógeno limpio y estima que las inversiones en este sector puedan alcanzar hasta los 470 billones de euros, generando más de un millón de empleos y con ventas anuales superiores a los 630 billones de euros.
La hoja de ruta de esta estrategia plantea tres etapas.
La primera etapa abarca los años 2020 a 2024. En estos siguientes cuatro años la meta es alcanzar 6GW de electrolizadores de hidrógeno produciendo hasta 1 millón de toneladas de hidrógeno renovable. De esta forma, se acompañará a la descarbonización de la actual producción de hidrógeno en sectores como el químico, y se facilitará el despliegue de nuevos sectores como el del transporte pesado movido por hidrógeno. Así mismo, en esta etapa se impulsará el despliegue y mejora de la infraestructura asociada al transporte de hidrógeno y poniendo especial atención en la captura de C02.
La segunda etapa abarca los años 2025-2030. En este periodo deberían alcanzarse los 40 GW de electrolizadores de hidrógeno para llegar a la producción de 10 millones de toneladas de hidrógeno renovable en 2030. En esta fase, se espera que el hidrógeno renovable esté más presente en sectores como el del acero y el transporte (camiones, ferrocarril y marítimo). También se espera que este vector comience a tener un papel relevante aportando flexibilidad a la red eléctrica, como almacenamiento diario o estacional, ante el incremento masivo de la penetración de las energías renovables. En esta etapa seguirán optimizándose las tecnologías de captura de carbono trabajando así en la línea de emisiones de gases de efecto invernadero.
Así mismo, se fomentará la creación de “valles del hidrógeno” como el que va a lanzar en Muskiz, con el desarrollo de infraestructuras en zonas específicas donde se aborde toda la cadena de valor: la producción de hidrógeno mediante energías renovables, el transporte y distribución del hidrógeno y la demanda del mismo en edificios, en movilidad así como su uso para almacenamiento.
En esta fase se creará una infraestructura logística transfronteriza entre los estados miembros. De esta forma se facilitará conectar los puntos de demanda con los de producción. Se espera, así mismo, poder hacer uso de la existente red de gas para el transporte de hidrógeno renovable.
El siguiente periodo abarca de 2031 a 2050. La Comisión Europea espera que ésta sea la fase en las que las tecnologías relacionadas con el hidrógeno renovable alcancen su madurez tecnológica y de costes, para ayudar así a descarbonizar los sectores más difíciles de la economía. Es en esta fase cuando se estima que un 25% de la producción de energía renovable sea utilizada para producir hidrógeno renovable.
Así mismo, en esta fase comenzarán a explotarse los combustibles sintéticos derivados del hidrógeno que llegarán a otros sectores del transporte más complicados como la aviación o el marítimo. Además, se estima que el gas natural pueda empezar a ser desplazado por el biogás sostenible con captura de carbono.
Alianza Europea para el Hidrógeno Limpio
El mismo 8 de julio la Comisión Europea ponía en marcha la Alianza Europea para el Hidrógeno Limpio. Esta alianza será fundamental para alcanzar los objetivos detallados en la anterior hoja de ruta apalancando la financiación público-privada, para llegar al nivel de inversión y de producción de hidrógeno limpio anteriormente mencionado.
Esta iniciativa servirá además para el despliegue de ambiciosos demostradores que reforzarán toda la cadena de valor de la industria del hidrógeno renovable y de bajo contenido en carbono. Alrededor de esta iniciativa estarán todas las autoridades públicas tanto de países como de regiones y también estarán representados el resto de los estamentos de la sociedad civil.
Las IPCEI relacionadas con hidrógeno
En este esquema, la Comisión Europea recuerda el impulso que pueden suponer las Hydrogen Important Projects of Common European Interest -IPCEI. Son acciones de proyectos demostradores que suponen un paso importante en la competitividad y la sostenibilidad de la unión europea. Deben ser participados por más de un estado miembro y son proyectos con un marcado carácter innovador que avanzan sensiblemente sobre el estado del arte del sector de la tecnología, cubriendo un primer despliegue industrial.
Hace unos meses ya comentamos en este blog que el hidrógeno era un vector imprescindible para la transición energética y que había venido para quedarse. La estrategia anunciada la semana pasada por la Comisión Europea lo confirma. En CIC energiGUNE seguiremos trabajando para llevar a la madurez esta tecnología clave para la descarbonización de nuestra sociedad.
Autora: Nuria Gisbert, Directora General de CIC energiGUNE; Miembro de la Comisión Experta del Parlamento vasco sobre el Pacto Vasco de la energía, miembro del comité científico asesor del Vitoria-Gasteiz Green Deal y miembro del Comité Científico Asesor del Consejo Vasco de Ciencia, Tecnología e Innovación del País Vasco.