No en vano, el crecimiento esperado del sector del almacenamento de energía (especialmente el de la movilidad eléctrica) en los próximos años está obligando a los países a tomar posiciones en toda la cadena de valor de esta industria, incluidas las fábricas encargadas de la producción de celdas baterías. Sobre todo, teniendo en cuenta las expectativas económicas en torno al sector de la electromovilidad, que hace que, tanto la propia UE como sus países, vean esta industria como una palanca clave ya no sólo para iniciar la recuperación post-covid, sino que también para alcanzar los objetivos de transición energética y sostenibilidad fijados en el territorio comunitario.
En 2017 el comisario europeo Maroš Šefčovič, denominado el “comisario de las baterías” hizo una firme apuesta por las baterías como clave de la competitividad del futuro del continente. Teniendo claro que Europa no iba a producir nunca las baterías más baratas sino que puede producir las mejores baterías, las más eficientes y las más sostenibles.
En este contexto en 2017 se lanza Northvolt; iniciativa liderada por dos ex-directivos de Tesla con el apoyo de la Agencia Sueca de la Energía y el Banco Europeo de Inversiones y que aspira a constituirse un emblema de baterías verdes de alta calidad.
Actualmente, Northvolt tiene ya contratos comprometidos por 27.000 millones de euros y ha conseguido más de 17.300 millones de financiación con inversores tan relevantes como Volkswagen o Goldman Sachs para poner en marcha una producción estimada en 150Gwh en 2030.
Junto a Northvolt, uno de los proyectos que más ha transcendido en los últimos años en Europa ha sido el previsto por Tesla en Alemania. La compañía liderada por el mediatico Elon Musk espera abrir en verano de 2021 su primera gigafactoría europea, que espera poder alcanzar en el medio plazo una capacidad de hasta 40 GWh. Tales son las perspectivas de la compañía americana en Europa que ya ha anunciado sus planes para comenzar a desarrollar un segundo proyecto en el continente.
Pero Northvolt y Tesla son sólo el principio. Actualmente ya se han anunciado en Europa planes de desarrollar más de 20 proyectos de fábricas de celdas de baterías en los próximos años. Con todos ellos, se espera contar con una capacidad de producción anual de 600 GWh, lo que supone sólo un 50% de la demanda base esperada para el año 2040 en el mercado europeo.
Fuente: CIC energiGUNE
La financiación europea, clave para el impulso de estos proyectos
Las perspectivas del potencial del mercado y la necesidad de muchos países de tomar posiciones en esta carrera para afianzar al mercado de la automoción, hace que en los próximos meses se esperen nuevos anuncios y proyectos por parte de distintos agentes, sobre todo impulsados por la potencial financiación que estos proyectos podrían recibir del plan de recuperación que el Parlamento Europeo aprobó en febrero de 2021.
Este plan -el mayor paquete de estímulo jamás financiado por entidad comunitaria- tiene por objetivo financiar proyectos estratégicos para los países, que no sólo permitan afrontar la recuperación económica, sino también acelerar la consecución de otros objetivos comunitarios como la transición climática y la digital; algo que refuerza aún más el interés en desarrollar proyectos de la naturaleza de una gigafactoría.
De hecho, muchos de los proyectos anunciados en los últimos meses han anunciado ya su intención de optar a estos fondos en colaboración con los diferentes gobiernos nacionales, con el objetivo de poder acelerar así su proceso de lanzamiento y desarrollo. En esta línea, algunos de estos ejecutivos ya han trasladado a la Unión Europea sus planes concretos de desarrollo e inversión en gigafactorías situados en sus territorios.
Más allá de estas posibles ayudas futuras, algunas de estas iniciativas, incluso, ya han comenzado a trabajar en el desarrollo de sus proyectos gracias a inyecciones de financiación o capital concedidas por instituciones de la UE, como el mencionado Banco Europeo de Inversiones o EIT Innoenergy. Esta última, fundada y financiada por la propia Unión Europea, está consolidándose como un importante agente en el desarrollo de estos proyectos, apoyando no sólo ya planes asociados a gigafactorías sino que también al desarrollo de otras soluciones tecnológicas de almacenamiento como supercondensadores.
Así, iniciativas con tecnología 100% europea como la francesas Verkor o ACC, la noruega FREYR o la ya mencionada Northvolt están ya trabajando en sus plantas y tecnologías gracias a la participación y ayuda de estas instituciones.
Como se puede ver, Europa ha tomado la decisión de tener una posición relevante en la producción mundial de baterías para el mercado de automoción y en los próximos años se verá una evolución en el mapa europeo de gigafactorias. En este sentido, en los utimos tiempos han aparecido algunas propuestas de iniciativas en la península ibérica que buscan sumarse a este tren que se está en marcha en Europa y que serán analizadas próximamente en un nuevo post.
Autores
Sara Ortiz, Directora Económico-Financiera y de estrategia del CIC energiGUNE
En colaboración con:
Iñigo Careaga: Analista de negocio de BCARE