Europa ha sido durante mucho tiempo una piedra angular del progreso científico y tecnológico. Sus instalaciones de investigación de categoría mundial, su tradición de colaboración y su compromiso con la sostenibilidad la han convertido en líder de la innovación en materiales. Sin embargo, para mantener este liderazgo es necesario garantizar que tanto la investigación fundamental pionera como las tecnologías innovadoras contribuyan a obtener beneficios sociales e industriales tangibles.
El progreso científico está profundamente arraigado en la investigación fundamental, que sienta las bases de ideas transformadoras y avances a largo plazo. Sin embargo, lograr un impacto global también depende de la capacidad de transferir estos avances a las aplicaciones industriales.
Para mantener el liderazgo europeo en ciencia de materiales, es esencial fomentar un sólido ecosistema de innovación que salve la distancia entre el descubrimiento y la aplicación. Una parte fundamental de esta transformación reside en reforzar la «triple hélice» de colaboración entre la investigación, la industria y los responsables políticos. Este enfoque interconectado garantiza que las ideas generadas en el laboratorio puedan traducirse en soluciones para el mundo real, impulsando el progreso en energía sostenible, materiales avanzados y tecnologías circulares. Iniciativas como EMIRI, Graphene Flagship, Battery2030+ y BEPA ya han demostrado el poder de combinar la ciencia fundamental con la transferencia de innovación para reforzar la base industrial de Europa.
De la investigación a la aplicación: herramientas y colaboración para lograr resultados
Para lograr este flujo continuo desde el descubrimiento hasta la aplicación también es necesario adoptar herramientas y metodologías que se integren sin problemas en el proceso de innovación. Por ejemplo, el diseño de materiales basado en Inteligencia Artificial puede ayudar a los investigadores y socios industriales a predecir el rendimiento de los materiales, acelerando los ciclos de descubrimiento. Del mismo modo, los gemelos digitales y los espacios de datos federados mejoran la colaboración creando plataformas compartidas en las que las partes interesadas pueden simular, analizar y perfeccionar soluciones sin necesidad de datos centralizados.
Todas estas herramientas permitirán a investigadores e industrias colaborar con mayor eficacia, reduciendo el tiempo y el coste de desarrollo de materiales avanzados. Al integrar las capacidades digitales con los enfoques de investigación tradicionales, Europa puede acelerar su transición hacia modelos de negocio sostenibles y circulares que beneficien a la sociedad y al medio ambiente.
El futuro de Europa depende de un enfoque equilibrado que combine tanto la investigación fundamental impulsada por la curiosidad como la transferencia de innovación práctica. La ciencia fundamental proporciona las bases intelectuales para los descubrimientos disruptivos, mientras que la investigación aplicada garantiza que estos descubrimientos aborden retos acuciantes como la sostenibilidad, la escalabilidad y el cambio climático. Iniciativas como IAM4EU están bien posicionadas para tender puentes entre estos dos ámbitos, fomentando la colaboración interdisciplinar y promoviendo resultados que resuenen en todos los sectores.
Europa ha demostrado en repetidas ocasiones su capacidad de innovación pionera. Apoyando tanto la investigación fundamental como la aplicada, reforzando las conexiones entre la industria, la investigación y el mundo académico, y dando prioridad a la ambición basada en los resultados, Europa puede liderar la ciencia de los materiales. Al hacerlo, no sólo abordará los grandes retos de nuestro tiempo, sino que también inspirará al mundo para que siga su ejemplo.
Autora: Montse Casas-Cabanas, Directora científica del área de electroquímica de CIC energiGUNE