La espectacularidad de los datos se vincula directamente con la ola de renovables que se avecina (que se prevé un aumento de 250 veces, alcanzando los 2.000 GWh para el 2040), pero, como cabe esperar, la principal fuente de la demanda de baterías se sitúa el sector asociado al vehículo eléctrico.
El hecho de que la demanda de energía para el almacenamiento estacionario sea la que más vaya a crecer, junto a las complejidades que se vinculan a la industrialización de las baterías de iones de litio, hace necesario el desarrollo de nuevas tecnologías de baterías que complementen a las ya mencionadas hegemónicas baterías de litio-ion.
Para ello, las baterías de iones de sodio se postulan como una tecnología tan válida como la basada en el litio para abastecer la demanda de energía de un área tan exigente como la del almacenamiento estacionario (puntos de recarga del vehículo eléctrico, autoconsumo, iluminación, energías renovables…)
De cara a entender la perfecta armonía que se presenta entre ambas tecnologías, es importante resumir, en primer lugar, cuáles son las principales fortalezas de las baterías de sodio-ion. Una vez conocidas, será más fácil plantear qué retos deberá afrontar la industria y, especialmente, cómo superarlos.
FORTALEZAS DE LAS BATERÍAS DE SODIO-ION
1) Tanto el litio (Li) como el sodio (Na) pertenecen, dentro de la tabla periódica, al mismo grupo de metales alcalinos. Esto se traduce en que presentan propiedades químicas, tecnológicas y de rendimiento muy similares, de tal manera que, para empezar a industrializar la fabricación de este tipo de baterías, podrían aprovecharse las infraestructuras utilizadas para la fabricación de baterías de iones de litio. Así, maximizando la producción industrial de esta tecnología, se alcanzarían las economías de escala correspondientes, minimizando al máximo el gran obstáculo que supone el coste de industrialización.
2) Los materiales a partir de los cuales se elaboran las baterías de litio-ion están catalogados como críticos. Uno de los principales objetivos planteados por Europa para el desarrollo sostenible, es la reducción en el uso de este tipo de materias primas críticas (CRM, en inglés). Éstas, además de ser cada vez más escasas, se encuentran en países subdesarrollados o en conflicto, que usan este mercado como vía de financiación y enriquecimiento. Las baterías de iones de sodio, en cambio, usan materiales sostenibles, muy abundantes en la naturaleza y de bajo coste.
3) Las baterías de sodio-ion, por las propiedades químicas de los elementos que las componen, proporcionan un sistema de almacenamiento de energía de bajo coste, seguro y, como ya hemos dicho, sostenible. Todos estos atributos la convierten, por ejemplo, en una tecnología muy adecuada para el almacenamiento de las energías renovables. Las propiedades de las baterías de iones de litio, por su parte, resultan idóneas para el vehículo eléctrico (en gran parte, gracias a su elevada densidad energética).
Por su parte, uno de los principales retos a los que se enfrentan las baterías de sodio es la necesidad de desarrollar el mercado de componentes. Hoy en día, son pocos los fabricantes -2 ó 3 proveedores a nivel mundial- que se encargan de transformar esta materia prima y darle el formato adecuado para la industria de las baterías. En la actualidad, la empresa europea E-lyte es uno de los agentes principales dedicados a la transformación del sodio en Europa; no obstante, procede de mercados asiáticos. Por eso, para la industrialización de esta tecnología en Europa, es necesario contar con más y mejores aliados europeos que produzcan sodio “Battery Grade”.
Lo que queda claro con esto es que, ante la gran demanda de energía esperada, cuantas más sean las alternativas presentes en el mercado, más fácil es que lleguen a complementarse entre sí para abastecer las necesidades energéticas.
Por tanto, y aunque en los últimos meses se han llevado a cabo prometedores anuncios por parte de empresas internacionales que ya están trabajando en tecnologías asociadas a las baterías de iones sodio, aún es necesario seguir investigando para poder llegar a ser totalmente complementarias a las tecnologías basadas en litio-ion. De esa manera, se lograrían soluciones muy competitivas capaces de hacer frente, en las distintas aplicaciones, a la creciente demanda del mercado.
Como se puede apreciar en la imagen inferior, la complementariedad entre ambas tecnologías es prometedora. El desarrollo de las tecnologías de sodio-ion y su industrialización, hace prever que las baterías de sodio podrían llegar donde no alcanzan las baterías de litio, y viceversa.