En los últimos años, Euskadi ha logrado posicionarse como una referencia en el sector del almacenamiento de energía; ya no solo a nivel estatal, sino también comunitario, gracias a las grandes entidades que componen su tejido industrial y científico en torno a una de las grandes industrias del futuro.

No en vano, la región vasca siempre se ha caracterizado por su fuerte posicionamiento global en el sector de la energía, debido a su consolidado ecosistema compuesto tanto por grandes empresas como centros de investigación y desarrollo tecnológico referentes en todo el mundo, así como entidades públicas que dan soporte e impulso a estos agentes.

Esto explica las cifras asociadas al impacto que tiene esta industria en la economía vasca: a nivel regional, el sector de la energía supuso el último año 14.111 millones de euros de facturación anual y 23.580 empleos asociados. Estas cifras ascienden hasta 54.704 millones de euros de facturación anual y casi 91.000 empleos si se analizan a nivel mundial.

Este hecho, unido a la orientación hacia la innovación y el desarrollo que siempre ha mostrado este territorio, está haciendo que poco a poco Euskadi se esté posicionando como una referencia en uno de los sectores clave para la transición energética del futuro.

Esto se demuestra en cómo esta comunidad autónoma está logrando expandirse a lo largo de toda la cadena de valor del almacenamiento: desde las fases iniciales asociadas a los materiales y producción de celdas hasta las fases finales de reciclaje y segunda vida.

La colaboración de las empresas y centros de investigación y tecnología vascos es uno de los factores clave que refuerza aún más la apuesta de Euskadi por esta industria, crítica también para garantizar la competitividad futura de la región.

Un ecosistema con presencia de grandes referentes

Una de las claves que explican cómo Euskadi está consiguiendo hacerse un hueco de referencia en el sector es la presencia de grandes compañías que están ubicadas en su territorio y cuentan con un gran interés en el desarrollo de esta cadena de valor.

En primer lugar, Euskadi es sede de algunas de las principales compañías energéticas del mundo, que además son líderes sectoriales en su apuesta por las energías renovables y nuevas tecnologías energéticas. Es el caso de Iberdrola, Petronor o Siemens Gamesa, las cuales además están acompañadas de un fuerte tejido de empresas que, con mayor o menor medida, están vinculadas al sector de la energía y al desarrollo de nuevas soluciones tecnológicas. Aquí encontramos a empresas líderes en su actividad como IDOM, Sener, Solarpack o Nortegas.

A esto hay que añadirle también otras grandes compañías cuyo futuro pasa por las nuevas tecnologías de la energía, en las cuales están apostando de manera decidida. En este caso encontramos empresas como las del sector del transporte y movilidad, donde Euskadi vuelve a situarse como un referente gracias a compañías líderes como CAF, Irizar, CIE Automotive o Gestamp y la fuerte presencia de entidades internacionales como Mercedes.

Junto a ello, otro de los factores que están influyendo en el fortalecimiento de la cadena de valor es la colaboración de muchas de estas compañías por el lanzamiento de nuevas iniciativas con las que liderar la industria. De ellas están surgiendo nuevos players destinados a ser cabezas visibles de su actividad dentro de la cadena de valor.

Es el caso de Basquevolt, primera gigafactoría del suroeste de Europa y primera en todo el continente centrada en la fabricación de celdas de estado sólido. Esta nueva generación de baterías presenta, respecto a las tecnologías convencionales, una mayor capacidad, mayor seguridad y menor coste asociado, lo que está despertando el interés de los grandes fabricantes de vehículos y empresas energéticas.

De ahí que se espere que esta alternativa domine el sector en el medio y largo plazo, perspectiva ante la cual Euskadi se posiciona de forma favorable gracias a proyectos estratégicos como este, surgidos de la colaboración entre grandes empresas, centros de investigación como CIC energiGUNE y el apoyo del Gobierno Vasco.

Tal es el valor que este proyecto puede generar en la industria local y europea que hasta el propio Comisionado europeo Maros Šefčovič (considerado el gran promotor de la industria del almacenamiento de energía en Europa) ha bendecido el valor de esta contribución al desarrollo tecnológico de la industria, al reconocer el pasado mes de octubre que “la tecnología de las baterías vascas es muy valiosa para Europa”.

La investigación y desarrollo tecnológico, protagonista en el impulso de la industria local

Además de contar con la presencia de grandes empresas asociadas al sector del almacenamiento, otro de los grandes activos de Euskadi es su amplia red de centros de investigación y desarrollo tecnológico, que le permiten reforzar su posición en la industria. Esto permite a la región desarrollar una clara apuesta por la innovación y disrupción tecnológica en la industria energética, contribuyendo con estos avances a la evolución del tejido empresarial vasco y su modelo energético asociado.

Dentro de este grupo, uno de los casos más destacados es del propio CIC energiGUNE. No ya solo por su actividad investigadora, por la que ha sido considerado top 3 europeo en el campo del almacenamiento de energía; sino también, por su compromiso con el desarrollo de resultados tecnológicos transferibles a la industria. Gracias a ello, el centro contribuye de forma especial con el impulso de la cadena de valor.

De ahí que CIC energiGUNE participe en el lanzamiento y desarrollo de proyectos como el ya mencionado Basquevolt. En este sentido, el centro también ha contribuido al lanzamiento de otra compañía referente en el sector vasco del almacenamiento de energía, como es Bcare (empresa orientada a servicios integrales dentro del mercado del almacenamiento).

Otros grandes centros que contribuyen de manera especial al desarrollo de esta industria son parte de los centros de investigación y tecnológicos del Basque Research and Technology Alliance (BRTA), al que también pertenece CIC energiGUNE.

Igualmente, otros agentes clave en este ecosistema son las universidades, donde destaca la actividad de reconocidas entidades como la Universidad Pública del País Vasco o la Universidad de Mondragón. La presencia de este tipo de instituciones en Euskadi no solo permite reforzar la actividad investigadora, sino también, gracias a su foco en la industria, posibilitan la formación de personal cualificado que podrá después incorporarse al tejido industrialinvestigador de su entorno.

A este ecosistema de empresas, centros y universidades hay que añadir un valor añadido más: la transcendental aportación y apoyo de las instituciones públicas vascas, lideradas por el Gobierno vasco.

 

La definición de nuevas estrategias energéticas a nivel regional (como el plan Energibasque o la Estrategia Vasca del Hidrógeno) o la presencia de entidades como el Clúster de la Energía o el Ente Vasco de la Energía permiten articular el compromiso del sector público vasco por el desarrollo de una industria energética innovadora y competitiva, capaz de dar respuesta a los retos de la industria y la sociedad y para los cuales el sector del almacenamiento energético es clave.

En definitiva, esta combinación de ingredientes son los que están permitiendo a Euskadi erigirse como una referencia en una de las industrias emergentes del futuro. Todo ello gracias a su modelo de colaboración públicoprivada que incluye un amplio rango de agentes y un enfoque completo que cubre tanto las etapas de investigación como de aplicación industrial.

Gracias a ello, Euskadi refuerza su posición como una región pionera en innovación y desarrollo industrial. Su cadena de valor local y los agentes que la componen aspiran a situar al territorio como un hub referencia en términos de tecnología y de sostenibilidad en los próximos años. De ahí que Euskadi esté en situación de liderar esta transición energética, convirtiéndose en una de las puntas de lanza de la propia Unión Europea en el desarrollo de su grandes objetivos industriales y climáticos, que aspiran a situar a nuestro continente como la región líder en nuevos modelos energéticos y económicos.

Autores

Nuria Gisbert, Directora General de CIC energiGUNE; Miembro de la Comisión Experta del Parlamento vasco sobre el Pacto Vasco de la energía, miembro del comité científico asesor del Vitoria-Gasteiz Green Deal y miembro del Comité Científico Asesor del Consejo Vasco de Ciencia, Tecnología e Innovación del País Vasco.

 

En colaboración con

Iñigo Careaga: Analista de negocio de BCARE

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