En inventarios o seguimiento de activos tales como cadena del frío en alimentación o medicamentos, una de las tecnologías que ha emergido en la última década es la identificación por radiofrecuencia (RFID). Estos chips o etiquetas son dispositivos muy pequeños que pueden adherirse a productos, animales y personas, y son capaces de identificar “ítems” de forma única sin necesidad de contacto físico ni visual. De hecho, en las últimas décadas ha ido sustituyendo a los tan conocidos códigos de barras y a las pegatinas magnéticas. Comúnmente, este tipo de tags suelen ser activos o pasivos, estos últimos llevan una batería como fuente de alimentación de los circuitos internos. En función de las distintas prestaciones que se exija a un RFID, su precio puede ser muy diferente, y con ello su penetrabilidad en el mercado.
Para ciertas aplicaciones los tags pasivos, más económicos, no tienen un rango de lectura lo suficientemente bueno para identificar los objetos que se desean, pero al mismo tiempo los tags semi-pasivos o los activos, que sí darían las prestaciones necesarias, no se utilizan al ser demasiado caros. En concreto, los tags-semi-pasivos son particularmente interesantes ya que son más fuertes en el ratio de lectura que los pasivos y tienen una fiabilidad comparable a la de los tags activos así como mayor duración sin perder rango de operación. Los tags semi-pasivos emplean un “reader” para suministrar la energía necesaria y poder trasmitir la información reduciendo el consumo y alargando su vida útil. El problema es el coste, ya que los tags semi-pasivos que se emplean tienen un coste hasta 180 veces superior a los pasivos lo que limita su uso a aplicaciones con productos de alto valor añadido.
Diseñar y desarrollar una familia de tags semi-pasivos de bajo coste basados en la tecnología de identificación por radio frecuencia (RFID). Esta solución está compuesta por un circuito integrado (IC) para procesar y almacenar la información del sensor/res asociados, una batería imprimible flexible primaria miniaturizada y embebida en el sistema y una antena para trasmitir la información a un receptor.
La clave para abordar el coste, además de la selección de materiales, sería el desarrollo de una línea de fabricación del dispositivo con estrategias para la óptima integración de los componentes.
Se ha conseguido una adaptación económicamente viable de los componentes de la batería al sistema completo para su correcto funcionamiento en las condiciones de trabajo establecidas. Además, se ha realizado una correcta optimización de los parámetros de sellado de la misma, lo que resulta crítico para funcionar en diferentes condiciones de temperatura y humedad. La batería flexible tiene un coste inferior a las conocidas en el mercado y proporciona las prestaciones necesarias para el funcionamiento óptimo del tag semi-pasivo para un amplio rango de aplicaciones.
Asimismo, se ha diseñado una línea piloto de fabricación de tags semi-pasivos con batería optimizada para integrar los componentes a un coste competitivo.
Business Development Manager: businessdev@cicenergigune.com
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