Una de las grandes razones por las que la industria de las baterías está despertando el interés de los países es la creación de empleo que se espera pueda generar toda la cadena de valor vinculada a este sector.

Tal y como hemos visto en anteriores publicaciones de nuestro blog, los gobiernos estatales y regionales ven la industria del almacenamiento de energía no solo como un medio para la consecución de los objetivos climáticos, sino que también como una oportunidad económica dónde la generación de nuevos y cualificados puestos de trabajo tiene un papel fundamental.

Según un informe del Foro Económico Mundial, la cadena de valor de las baterías generará hasta el año 2030 un total de 10 millones de empleos en todo el mundo, principalmente vinculados a la eclosión del vehículo eléctrico. De estos, fuentes como EIT Innoenergy y Fraunhofer consideran que solo en Europa se generarán alrededor de un 10% del total, llegando a millón de nuevos puestos de trabajo para 2030.

Pero más allá de estas cifras, la variedad de empleos y perfiles que exigirá toda la cadena de valor es la que refuerza aún más la idea de que esta industria será una de las grandes catalizadoras del mercado laboral en los próximos años.

Y es que, la cadena de valor de esta industria abarca distintas etapas y actividades muy diferentes entre sí, exigiendo cada una de ellas, en muchos casos, perfiles altamente cualificados y polivalentes.

Si analizamos las distintas etapas de la cadena de valor (incluyendo la extracción de materias primas y su procesamiento; el desarrollo de celdas y battery packs; las correspondientes aplicaciones y usos de estas soluciones; y los posteriores procesos de reciclaje y segunda vida), podemos observar a alto nivel la necesidad de 5 grandes bloques de capacidades o habilidades que todas ellas van a tener que cubrir a través sus distintas actividades y empleos asociados:

  1. Integración y aplicaciones: Incluye aquellos perfiles asociados al desarrollo e identificación de soluciones para implantar en las diferentes aplicaciones / necesidades identificadas en el mercado de baterías.
  2. Procesos, operativa y digitalización: Recoge aquellas actividades vinculadas al desarrollo y puesta en marcha de los procesos y actividades operativas a desarrollar dentro de la cadena de valor, así como procesos de mejora continua vinculados especialmente a la digitalización.
  3. Tecnología e I+D: Comprende aquellos empleos y actividades asociadas al desarrollo tecnológico y científico de la cadena de valor.
  4. Gestión: Compuesto por perfiles vinculados a la gestión, desde un punto de vista económico, legal, humano, etc. de las diferentes actividades incluidas.
  5. Impacto social y medioambiental: Contiene aquellos perfiles y actividades asociadas al efecto de las etapas de la cadena de valor en su entorno.

Variedad de puestos y perfiles según la etapa de la cadena

De esta manera, para cada una de las etapas de la cadena de valor se espera que, de una u otra forma, estos perfiles y habilidades se vean representados a través de las actividades a desarrollar y los empleos vinculados a ellas.

Así, entrando en el detalle, podemos encontrar los siguientes perfiles especializados según la etapa de la cadena de valor, así como aquellos “comunes” que todas ellas necesitarán para su correcto funcionamiento:

A) Perfiles especializados

Dentro de esta tipología, podemos destacar a alto nivel los siguientes perfiles:

1º Extracción de materiales y tratamiento

Al tratarse de la etapa asociada a la obtención y preparación de materias primas necesarias para la producción de baterías, en ella encontramos perfiles con un alto componente técnico asociado a los procesos de extracción de materiales y su tratamiento.

Así, titulaciones como ingenieros de minas o logística serán demandadas para cubrir esta primera parte de la cadena de valor de las baterías. Igualmente, la necesidad de refinar y purificar dichos materiales exigirá contar con perfiles especializados procesos tanto químicos como físicos.

2º Desarrollo de celdas y battery packs

Dentro de esta segunda etapa, los perfiles técnicos demandados ya están mucho más vinculados a la rama electroquímica, al ser la fase en la que se producen las celdas y packs que conforman lo que conocemos como baterías.

De esta forma, las especializaciones asociadas a ciencias de materiales, químicas inorgánicas, almacenamiento de energía o diseño de celdas y packs coparán las necesidades de perfiles de esta segunda etapa.

De igual manera, al tratarse de procesos productivos, aquellas formaciones vinculadas a la puesta en marcha de procesos de producción, su escalado y mejora continua también contarán con un alto protagonismo.

3º Aplicaciones

En este caso, el uso que se vaya a dar a las diferentes baterías condiciona el tipo de perfiles especializados necesarios en esta etapa. Así, los conocimientos necesarios variarán en función de si hablamos de la rama de vehículos eléctricos, aplicaciones estacionarias u otros usos como, por ejemplo, construcción (edificios o plantas productivas).

Centrándonos en los dos primeros casos, las aplicaciones de vehículo eléctrico exigirán contar con profesionales con conocimiento en campos vinculados precisamente a estos medios de transporte. Es decir, se precisarán perfiles técnicos con conocimientos en los fundamentos de cada vehículo (coches, transporte pesado, trenes…) que puedan complementar este conocimiento con la aplicación de las baterías en estas industrias.

De esta manera, profesionales con formación o experiencia en movilidad sostenible, desarrollo de infraestructuras de carga, vehicle to grid, sistemas de baterías o diagnóstico y reparación serán altamente demandados en el futuro en relación a este uso.

En la misma línea, los usos estacionarios también demandarán perfiles que puedan combinar tanto el como en cada una de las fuentes energéticas a las que iría asociada las baterías (energía solar y eólica principalmente). Junto a ellos, también serán necesarios profesionales con conocimiento en control y optimización de sistemas, a fin de supervisar la gestión de esta energía almacenada y su acceso a la red.

4º Reciclaje y segunda vida

Finalmente, en esta última etapa vuelve a cobrar importancia aquellos perfiles asociados a ramas electroquímicas y de materiales. La razón es que, de nuevo, entra en acción la gestión de los recursos empleados para realizar baterías, en este caso con el objetivo de recuperar dichos materiales dándoles una nueva vida o, en su defecto, tratarlos adecuadamente para su empleo en otras utilidades.

Por ello, esta etapa precisa de profesionales con conocimiento en propiedades de materiales y procesamientos de los mismos, con el objetivo de poder realizar la correspondiente recuperación química de estos recursos (bien para su reciclaje o su segunda vida).

Además, será necesario contar con perfiles con conocimiento en tecnologías y procesos de separación de materiales (tanto hidrometalúrgicos y pirometalúrgicos como nuevos avances que se puedan dar).

B) Perfiles comunes

Como se indicaba al principio de este bloque, todos estos conocimientos concretos que precisarán las diferentes etapas de la cadena de valor vendrán acompañados de otra serie de perfiles “cross”, comunes a todas ellas, que complementarán el conjunto de habilidades necesarias para el correcto funcionamiento de cada una.

Por un lado, encontramos perfiles vinculados a la gestión del “negocio” de cada una de las etapas. Así, profesionales con conocimiento y experiencia en modelos de negocio, gestión económico - financiera, compras y logística… serán necesarios para el correcto funcionamiento de cada actividad.

Igualmente, otro perfil que cobra mucha importancia en todas las etapas de la cadena son aquellos profesionales con experiencia en la evaluación del impacto medioambiental, tanto desde un punto de vista técnico (como, por ejemplo, ingenieros medioambientales capaces de medir y gestionar el mismo a través de  ) como regulatorio (asociado a perfiles jurídicos capaces de analizar el impacto de políticas medioambientales).

Además, la preparación y conocimiento de campos como la o la optimización a partir de data science también serán muy valorados en las diferentes etapas, al poder basar a partir de ellos la investigación y desarrollos correspondientes para la mejora de las actividades llevadas a cabo.

Finalmente, otros profesionales como responsables de logística, procesos, mejora continua, seguridad y riesgos o calidad serán precisos para completar el puzle de habilidades y conocimientos que exigirá esta cadena de valor.

 

La formación que viene

Debido a esta alta demanda de empleos y cualificaciones que se espera que genere el sector en los próximos años, diferentes iniciativas y países europeos se han puesto en marcha para formar a los profesionales del futuro.

En este sentido, una de las iniciativas más destacadas es la recientemente lanzada por la “European Battery Alliance” (EBA), conocida como la “European Battery Alliance Academy”.

Este programa, que se lanzará próximamente en países como España o Francia, busca formar a los trabajadores europeos en torno a proyectos industriales de fabricación de baterías y vehículo eléctrico.

Junto a él, a nivel europeo y estatal también existen otras iniciativas orientadas a formar y cualificar a los futuros profesionales para cubrir las necesidades de la cadena de valor del almacenamiento energético. Una de las más destacadas es el programa MESC+ en el que colabora CIC energiGUNE y donde grandes empresas del sector como BOSCH, UMICORE, RENAULT o EDF participan también.

En definitiva, como puede observarse a través de estos ejemplos, el sector de las baterías y su ecosistema ha comenzado ya a dar sus primeros pasos para la preparación de estos perfiles del futuro, a fin de poder cubrir de forma satisfactoria los retos y necesidades que plantea una de las industrias más prometedoras del futuro como es la de las baterías.

Nuria Gisbert, Directora General de CIC energiGUNE; Miembro de la Comisión Experta del Parlamento vasco sobre el Pacto Vasco de la energía, miembro del comité científico asesor del Vitoria-Gasteiz Green Deal y miembro del Comité Científico Asesor del Consejo Vasco de Ciencia, Tecnología e Innovación del País Vasco.

En colaboración con:

Iñigo Careaga: Analista de negocio de BCARE

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