Al igual que ocurre con el sector de las baterías -donde regiones como Europa, con España incluida, o Norteamérica están invirtiendo para su desarrollo-, el sector del hidrógeno es otro de los pilares sobre los que se sustenta la transición energética esperada en los próximos años.

Por ello, muchos de los principales países del mundo están buscando posicionarse en este sector, aprovechando la “tormenta perfecta” existente en la actualidad para la penetración de este vector energético, y gracias a figuras como los acuerdos por el medioambiente de París y las ayudas económicas que se esperan a raíz de grandes planes de recuperación como los fondos europeos.

España no es una excepción y está trabajando, en los últimos meses, con el objetivo de convertirse en un hub de referencia en todo el mundo.

De esta forma, recientemente, el Gobierno central ha aprobado tanto la hoja de ruta del hidrógeno (que busca impulsar 8.900 millones en inversiones hasta 2030 en esta tecnología, siendo el país europeo que mayor cantidad destinará tras los 10.000 millones de Italia) como la estrategia de almacenamiento energético (en la que el hidrógeno juega un papel clave). Con ellos, se pretende definir un contexto que incentive y acelere el desarrollo del hidrógeno a nivel estatal.

Tal es su ambición en este sector, que el propio Gobierno se ha comprometido, entre otras cosas, a contar con una potencia de electrolizadores que alcance los 4GW de capacidad, lo que supondría el 10% del total de Europa esperado para ese año, situándose como el cuarto país con mayor capacidad prevista en el Viejo Continente.

Este guante ha sido recogido tanto por las grandes empresas del país como por los Gobiernos autonómicos, quienes, aprovechando el contexto favorable y las inversiones previstas, están anunciando, en los últimos meses, ambiciosos planes y proyectos (muchos de ellos de colaboración público – privada) con los que ser la punta de lanza de las aspiraciones de España en materia de tecnologías del hidrógeno.

Las grandes empresas buscan liderar el cambio

Una de las palancas sobre las que se apoya España para la consecución de sus objetivos es el gran interés que han mostrado las grandes compañías energéticas del país en las tecnologías del hidrógeno.

Algunos ejemplos de empresas que ya han anunciado su interés en el sector y planes de inversión son Iberdrola, Endesa, Repsol, Naturgy o Enagás. Sobre todo, destacan las tres primeras, ya no solo en la propia carrera hacia la transición al hidrógeno, sino también en la captación de fondos europeos con los que financiar sus ambiciosos planes (que van más allá de esta tecnología).

Así, Iberdrola ya está trabajando (entre otras) en proyectos como una planta de electrolizadores en Guadalajara operativa para 2023; en plantas para la producción de amoniaco verde junto a Fertiberia a partir de este 2021; o en el lanzamiento de “hidrogeneras” en las tres capitales vascas alimentadas por tres plantas fotovoltaicas (con el objetivo de incentivar el autoconsumo).

Por su parte, Endesa anunció el pasado febrero hasta 23 proyectos en estudio asociados al hidrógeno verde con una inversión estimada de 2.900 millones de euros. Entre ellos, destaca el que ya se encuentra en curso en As Pontes (A Coruña), que busca implantar un electrolizador de 100 MW y 6 parques eólicos asociados para el año 2023. Otros de los proyectos de electrolizadores destacados son los de Huelva (con una capacidad de 100MW y una inversión de 413 M€), Teruel (60 MW y 294M€), Almería (20Mw y 187M€) y Tarragona (20 MW y 181 M€).

Otra gran apuesta realizada por el hidrógeno es la propuesta por Repsol a través de Petronor. De hecho, una de las grandes iniciativas entorno al hidrógeno que existe actualmente en España es el conocido como “Corredor Vasco del Hidrógeno”, liderado por Repsol y Petronor; contempla más de 30 proyectos diferentes en toda la cadena de valor con la participación de hasta 78 empresas y entidades (entre las que se encuentra CIC energiGUNE).

Entre otros proyectos, Repsol y Petronor buscan establecer hasta 3 plantas de producción de hidrógeno renovable que tendrán una capacidad acumulada de más de 110 MW una vez estén operativas las tres en 2025.

En el mismo sentido, otras grandes empresas han comenzado a desarrollar sus propios proyectos asociados al hidrógeno. Destacan, entre otras, Enagás, que ha anunciado más de 10 proyectos asociados a esta tecnología, con una inversión prevista de hasta 2.250 millones solo hasta 2023; Naturgy, que está trabajando con la propia Enagás en el desarrollo de diversos proyectos de producción de hidrógeno, como por ejemplo en León y Asturias; y Acciona, con proyectos tan innovadores como el OCEANH2, cuyo objetivo es el diseño y validación de la primera planta de generación, almacenamiento y distribución de hidrógeno verde offshore de España.

Así, el papel de estas grandes empresas y el interés que han demostrado en el hidrógeno son, sin duda, un elemento clave para lograr el impulso industrial y las aspiraciones de España en los próximos años dentro del sector. Sin embargo, no son los únicos que confían en esta fuente como una vía para el desarrollo energético y económico de los próximos años.

El hidrógeno como elemento clave dentro de los planes de recuperación de las Comunidades Autónomas

Al igual que las grandes empresas, todos los Gobiernos autonómicos han demostrado su interés en acoger y financiar proyectos asociados a la cadena de valor del hidrógeno. Sobre todo, a raíz de las posibilidades económicas y de desarrollo industrial que se espera pueda generar la llegada de los fondos de recuperación en los próximos meses.

De hecho, tal es la apuesta por esta tecnología que incluso hay comunidades autónomas, como Euskadi o la Comunidad Valenciana, que han aprobado sus propias estrategias regionales para el impulso de esta industria, a fin de desarrollar proyectos que conviertan a la región en referencias en el sector.

Precisamente, este interés de todas las comunidades autónomas en contar con grandes proyectos de hidrógeno (y las inversiones asociadas) en sus territorios está provocando que haya una cierta competencia entre ellas para atraer dichas iniciativas a sus fronteras.

El mejor ejemplo de ello lo encontramos en los planes de recuperación que todas las comunidades autónomas han presentado para poder optar a los fondos europeos.

Si analizamos estos planes, se observa el papel protagonista que tiene el hidrógeno en todos ellos. Y no sólo eso, sino que también el “solape” que en muchos casos existe entre los distintos proyectos que se busca lanzar, sobre todo en lo asociado a la producción a través de electrolizadores. Ello está comenzando a despertar una “carrera” entre las comunidades para, con o sin fondos, ofrecer las mejores condiciones posibles a los promotores de estos proyectos y así convertirse en las ubicaciones seleccionadas.

Sobre todo, lo que buscan estas comunidades autónomas a través de estos proyectos es aprovechar las oportunidades que brinda toda la cadena de valor del hidrógeno a las diferentes industrias que existen en cada territorio, logrando así complementar o relanzar el tejido actual.

Así, por ejemplo, comunidades como Asturias o Cantabria buscan aprovecharse de su situación costera para desarrollar grandes proyectos asociados al sector marítimo. En cambio, otras como Galicia o Baleares lo ven como una oportunidad para paliar el cese de actividades de agentes clave en la región como la planta de As Pontes de Endesa o la cementera CEMEX respectivamente.

Por su parte, regiones como Euskadi y Valencia apuestan por el hidrógeno como catalizador de su tejido industrial y energético actual. Y comunidades como Castilla La Mancha o Castilla y León quieren que el desarrollo de esta industria sea la primera piedra para una nueva reconstrucción industrial de sus regiones.

En definitiva, lo que sí parece claro es que todas ellas han decidido apostar firmemente por el desarrollo de estos proyectos, lo que hace pensar que en los próximos años el hidrógeno y sus tecnologías podrán estar en disposición de cumplir con las altas expectativas fijadas en él y los objetivos ambiciosos marcados tanto por las instituciones europeas como por losgobiernos estatales como el de España.

Con todo ello, y a modo de resumen, desde CIC energiGUNE presentamos a continuación una breve descripción de las grandes apuestas alrededor del hidrógeno que están realizando todas las comunidades autónomas y que supondrán el “ecosistema” con el que España buscará convertirse en el hub de referencia al que aspira ser:

Autores

Nuria Gisbert, Directora General de CIC energiGUNE; Miembro de la Comisión Experta del Parlamento vasco sobre el Pacto Vasco de la energía, miembro del comité científico asesor del Vitoria-Gasteiz Green Deal y miembro del Comité Científico Asesor del Consejo Vasco de Ciencia, Tecnología e Innovación del País Vasco.

 

En colaboración con:

Iñigo Careaga: Analista de negocio de BCARE

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